A fuego lento

La importancia de las abejas

Si queremos seguir comiendo manzanas, o ciruelas, o peras, cerezas, albaricoques, melocotones, kiwis… o brócoli, pepinos, espárragos… hay que proteger a las abejas.
Sin su actividad polinizadora olvídate de esas frutas y verduras. Las abejas no solo fabrican miel y cera, son el agente polinizador más importante de la naturaleza y su actividad es clave para nuestra alimentación y la del ganado: entre el 75 y el 80% de los alimentos que consumimos dependen de la polinización.

Gracia Elita acosta por la información

La polinización es clave para nuestra supervivencia, pero también para la de los ecosistemas. Gracias a ella, casi un 90% de las plantas con flores pueden semillar y reproducirse, además de promover la biodiversidad dando pie a nuevas variedades y especies.
En los últimos años, de todos es sabido, las poblaciones de abejas se han visto seriamente amenazadas y menguadas por la agricultura intensiva y el monocultivo, la deforestación y los nuevos usos de la tierra, los plaguicidas, las especies exóticas invasoras, las enfermedades y los efectos del cambio climático.
Aunque a pequeña escala, nuestros jardines y terrazas pueden contribuir a que estos insectos útiles obtengan alimento en las ciudades, donde es más escaso.

¿Qué podemos hacer para protegerlas?

  • Aliméntalas cultivando plantas de flor en tu jardín y tus macetas.
  • Evita usar fitosanitarios que las perjudiquen. Busca productos bee friendly y úsalos al atardecer, cuando ya no están activas.
  • No las mates si se te acercan, ahuyentarlas.
  • Toma conciencia de su importancia y difúndelo. Es importante que no se sigan destruyendo sus hábitats y que se prohíban los insecticidas que las fulminan.

¿Qué flores puedes comprar que ayuden a las abejas?
Aunque a pequeña escala, nuestros jardines y terrazas pueden contribuir a que las abejas sigan obteniendo alimento en las ciudades. Te dejamos un lista de algunas de sus plantas melíferas favoritas, que puedes plantar en tu jardín o en tus macetas.

COSMOS: Sus flores simples facilitan a los insectos el acceso al néctar pero además las producen en abundancia desde el verano hasta la llegada del frío. BREZOS: Es el nombre que reciben las especies de los géneros Calluna, de floración estival, y Erica, invernal, estas últimas de enorme valor ya que ofrecen néctar en una época del año de escasas flores. Los brezos se pueden cultivar en tiestos y jardines.
LAVANDAS: Que exista una miel de lavanda revela la predilección de las abejas por las Lavandula, especies nativas del sur de Europa y Oriente Medio que hoy se multiplican en jardines y terrazas en variedades y cultivares sin fin. AZAHARES: Las perfumadas flores de los limoneros, kumquats y calamondines, naranjos y demás especies del género Citrus son sumamente apreciadas por las abejas. Si los cultivas en una terraza sitúalos a pleno sol para que florezcan.
ROMERO: En todas sus variedades, el tan mediterráneo romero (Salvia rosmarinus) pone a disposición de las abejas sus pequeñas flores azules al comienzo de la primavera y en otoño. Son plantas que piden mucho sol y poca agua.

Otras plantas que les gustan:
–       Los tomillos
–       Las salvias
–       Los geraniums (ojo, no confundir con el geranio)
–       Las equináceas y rudbeckias
–       Las nepetas
–       Los agapantos
–       Las zinnias
–       Las gauras
–       Las dalias de flores sencillas
–       Las dedaleras o digitalis
–       Los phlox
–       Las fucsias
–       Los brezos (ericas y callunas)
–       Toda clase de cosmos

 

 

 

 

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