A fuego lento

Un baile pausado e intuitivo: así es el proceso de creación de velas de cera de abeja artesanales

Este baile empieza antes de poner un pie en la pista con la búsqueda del apicultor y termina cuando se encienden las luces con las velas de cera de abeja listas para empaquetar. Entre medias, una coreografía marcada por la paciencia, la atención y la naturalidad. Donde nos ensuciamos las manos y el delantal, despertamos los sentidos y, sobre todo, disfrutamos. 

Hay algo sanador en el acto de crear. Algo que va más allá del producto resultante y que tiene que ver con la exploración, el aprendizaje y el contacto. La elaboración artesanal de velas de cera de abeja, además, dispara el componente sensorial —intervienen cuatro de los cinco sentidos— y pone a prueba nuestra capacidad de concentración. Por eso hablamos de un baile que nos atrapa, nos reta y nos exige prestar atención al otro —en este caso, la cera—, al contexto —la temperatura— y, por supuesto, a los tiempos. Te contamos cómo hacemos nuestras velas de cera de abeja.

Calentamiento | En busca de los materiales perfectos

El primer paso de cualquier proceso artesanal es proveernos de la materia prima. Esto, en nuestro caso, implica localizar a apicultores locales cuya cera de abeja sea 100% natural. Con esta elección no solo hacemos acopio del material necesario para crear las velas de cera de abeja, sino que además alimentamos una economía de cercanía, consciente y sostenible. Además, en esta primera fase elegimos el grosor de la mecha más adecuado para el tipo de vela porque de esa elección dependerá su combustión y, por tanto, su durabilidad. Apostamos por el algodón natural trenzado en tres partes de 12 filamentos, ya que garantiza una combustión lenta y, por tanto, una mayor durabilidad de las velas de cera de abeja.

 

Concentración | Preparando nuestra cera

Los bloques de cera que llegan a nuestras manos distan mucho de parecerse a las velas que reciben nuestros clientes. Partimos de una cera virgen, sin tratar, en la que a menudo encontramos restos de flores, hierbas e incluso abejas. Este estado tan puro es lo que asegura la calidad de la cera pero también exige un proceso de limpieza minucioso. Para eliminar los rastros de impurezas, despiezamos la cera en bloques más pequeños y la ponemos a derretir junto con agua. Cuando la mezcla se enfría, la suciedad queda completamente separada de la cera, de manera que podemos deshacernos de ella y quedarnos con el material perfectamente limpio y listo para convertirse en vela. Comienza el espectáculo.

 

Danza | Escuchamos, observamos y repetimos

Es momento de empezar a hacer nuestras velas de cera de abeja artesanales. El resultado va a depender no solo de la técnica de baile, sino del estado y predisposición con el que entremos en la pista. El estrés, la prisa y la falta de concentración deben quedarse fuera porque comienza un proceso marcado por el disfrute, la pausa, la escucha y la paciencia. 

Bien utilizando una olla al baño maría o bien empleando un fundidor específico para cera, la calentamos hasta que esta alcanza los 74°C de temperatura (165°F). A continuación colocaremos una mecha sobre el palillo de manera que la longitud que caiga a ambos lados sea similar y empezaremos a sumergir la mecha con suavidad. La sacaremos, la alejaremos temporalmente de la fuente de calor y, pasados unos minutos, la volveremos a sumergir. Repetimos una y otra vez, espaciando esas inmersiones —el tiempo dependerá de la temperatura de la cera y de la habitación— hasta que, capa a capa, vayamos creando nuestras velas.

 

Reposo | Silencio, calma y protección para el secado

Terminada la fase anterior, llega la hora de dejar secar las velas de cera de abeja. En Casa Tenue las cubrimos con un paño de tela, no solo para protegerlas del polvo y de otras impurezas, sino también como símbolo de descanso. Ha dejado de sonar la música… Solo cuando estén secas cortaremos su base para igualarlas y permitir, por ejemplo, que se adapten a nuestros candelabros. Acacia, Atlántida o Etna son algunos de los grandes favoritos.

Hay maneras más rápidas, eficientes y rentables de hacer velas. Coreografías más dinámicas y bulliciosas. Auténticos espectáculos de masas. También existe tecnología y maquinaria que permite ampliar las producciones; e ingredientes con los que lograr nuevos acabados y efectos llamativos. 

Pero en Casa Tenue creemos en la forma más auténtica, pura y artesanal de crear velas de cera de abeja. Defendemos un ritmo y una calma que permite la comunión total entre la materia y el artesano, entre el creador y la creación. Porque venciendo a la prisa, saboreando el proceso y entregándonos a la intuición, somos capaces de representar el mejor de los bailes.

 

Gracias por estar ahí y pronto más post
XD

 

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